Juan XXIII sigue siendo un faro luminoso para nuestro camino

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3 de junio de 2013.- Con ocasión del 50° aniversario de la muerte del Beato Papa Juan XXIII, se celebró esta tarde en la Basílica Vaticana, una Santa Misa presidida por Mons. Francesco Beschi, Obispo de la Diócesis italiana de Bérgamo. Al final de la Celebración Eucarística, el Papa Francisco quiso acercarse hasta los restos de Juan XXIII para orar ante ellos y dirigir un saludo a los fieles presentes.

En su intervención, el Santo Padre Francisco comenzó recordando los días anteriores al fallecimiento de Juan XXIII  en los que «la Plaza de San Pedro se había convertido en un santuario a cielo abierto, recibiendo día y noche a los fieles de toda edad y condición social, en trepidación y oración por la salud del Papa. El mundo entero había reconocido en el Papa Juan un pastor, un padre. Pastor porque era padre».

El Papa Francisco propuso meditar sobre el concepto de la paz que caracterizó al papa Juan XXIII. «El Papa Juan transmitía paz porque tenía un ánimo profundamente pacificado». La paz que transmitía, observó el Papa, es «una paz natural, serena, cordial; una paz que con su elección al pontificado se manifestó al mundo y recibió el nombre de “bondad”». El Papa Francisco volvió a definir a Roncalli como «eficaz tejedor de relaciones, válido promotor de unidad dentro y fuera de la comunidad eclesial, abierto al diálogo con los cristianos de otras Iglesias, con exponentes del mundo judío y musulmán y con muchos otros hombres de buena volutnad».

De este modo, el Pontífice ha destacado que Juan XXIII «supo llegar al corazón de las personas tan diferentes, incluso de muchos no cristianos». Francisco ha destacado que la gente percibió en papa Juan XXIII que «era un hombre capaz de transmitir paz, una paz natural, serena, cordial, una paz que con su elección al Pontificado se manifestó al mundo entero y recibió el nombre de la bondad».

El papa Francisco ha añadido que gracias a la personalidad Juan XXIII pudo construir amistades sólidas en cualquier sitio, y de modo particular en su ministerio como representante del Papa por casi tres décadas «frecuentemente en contacto con ambientes y mundos lejanos del universo católico en el cual había nacido y se había formado». «Fue un válido promotor de unidad, dentro y fuera de las comunidades eclesiales, abierto al diálogo con cristianos y de otras iglesias, con exponentes del mundo hebreo y musulmán y con muchos otros hombres de buena voluntad», ha añadido.

Por otro lado, el Pontífice ha destacado la obediencia de Roncalli, que se dejó guiar por el Espíritu Santo y «desarrollar en la Iglesia el servicio que los superiores le pedían, sin buscar nada para él», incluso cuando significó «dejar su propia tierra, enfrentarse a mundos desconocidos para él y permanecer por muchos años en lugares donde la presencia de los católicos era escasa».

El papa Francisco terminó pidiendo que e Beato Juan XXIII «desde el Cielo Él continúe acompañando con amor a su Iglesia, que tanto amó en vida, y obtenga para ella del Señor el don de numerosos y santos sacerdotes, de vocaciones a la vida religiosa y misionera, como también a la vida familiar y al compromiso laical en la Iglesia y en el mundo».

(Agencias / Iglesiaactualidad)

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