5 de diciembre de 2015.- El arzobispo de Valencia, cardenal D. Antonio Cañizares Llovera, ha designado siete iglesias como templos jubilares durante el Año de la Misericordia que en la archidiócesis de Valencia abrirá el purpurado el próximo 13 de diciembre.
De esta manera, durante el Año de la Misericordia, podrá obtenerse la indulgencia plenaria peregrinando a la Catedral de Valencia, la Basílica de Nuestra Señora de los Desamparados, también en la capital valenciana; las Colegiatas de la Asunción de Nuestra Señora, en Xàtiva y Gandia; la Basílica de San Jaime Apóstol de Algemesí; el Santuario de Nuestra Señora de la Encarnación Virgen del Castillo, de Cullera; y el Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles, de El Puig.
El “Decreto sobre el don de las indulgencias en el Año de la Misericordia” firmado por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, establece, además, que el comienzo del Año de la Misericordia tendrá lugar el 13 de diciembre “con la apertura de la Puerta Santa en la Catedral y la celebración de la misa” y la clausura será el 20 de noviembre de 2016, también en la Seo.
Durante el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, “para vivir y obtener la indulgencia los fieles están llamados a realizar una breve peregrinación hacia la Puerta Santa, abierta en la Catedral, como signo del deseo profundo de auténtica conversión”, un momento que debe “estar unido al Sacramento de la Reconciliación y a la celebración de la eucaristía con una reflexión sobre la misericordia”, de acuerdo con la carta enviada por el papa Francisco al presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, monseñor Rino Fisichella, según consta en el decreto.
Igualmente, “será necesario acompañar estas celebraciones con la profesión de fe y con la oración por el Santo Padre y las intenciones que lleva en el corazón para el bien de la Iglesia y de todo el mundo”, explican las disposiciones del decreto.
También podrán obtener el jubileo presos y personas que no puedan salir de casa
Además, también podrán obtener la indulgencia, con las condiciones señaladas, los enfermos y los ancianos o las personas solas que no pueden salir de casa, si “viven su enfermedad y sufrimiento como experiencia de cercanía al Señor, reciben la comunión y participan en la misa y en la oración comunitaria, a través de los medios de comunicación”.
En el caso de los presos, “en las capillas de las cárceles podrán obtener la indulgencia y cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, pueda este gesto ser para ellos el paso de la Puerta Santa”. Asimismo, la indulgencia se puede ganar también para los difuntos, “a los que recordamos en la celebración eucarística y por los que podemos rezar en el gran misterio de la comunión de los santos para que sean liberados de toda culpa.
Ante el pecado del aborto
Por último, el decreto establece que, con motivo del Año Jubilar, el Santo Padre “ha concedido a todos los sacerdotes la facultad de absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y arrepentidos de corazón piden perdón por ello”. A este respecto, precisa que “los sacerdotes se deben preparar para esta gran tarea sabiendo conjugar palabras de genuina acogida con una reflexión que ayude a comprender el pecado cometido, e indicar un itinerario de conversión verdadera para llegar a acoger el auténtico y generoso perdón del Padre”.
(AVAN)
que la MISERICORDIA de DIOS, alcance a todos los hombres, mujeres, niños, niñas, difuntos y difuntas, con el AMOR, que nos ha sido derramado con CRISTO nuestro Señor, ENMANUEL, Dios con nosotros, JESUS. que sean perdonados nuestros pecados y borradas todas nuestras penas. AMEN.