Saludo del Administrador diocesano Sede Vacante
Queridos hermanos:
Permitidme enviaros un cordial saludo tras haber sido elegido Administrador diocesano de nuestra Iglesia de Osma-Soria por parte del Colegio de Consultores, a cuyos miembros ya he manifestado mi agradecimiento por la confianza que han depositado en mi persona para asumir este delicado ministerio. Confío en su amistad, competencia y sabiduría pastoral para llevar adelante esta noble tarea al servicio de la Diócesis. En ellos me apoyaré especialmente y pediré su consejo con regularidad.
A todos vosotros, hermanos sacerdotes, expreso mi gratitud por los sentimientos de estima y de amistad sacerdotal que me habéis manifestado en esta circunstancia y pido, en espíritu de sincera fraternidad, que todos juntos podamos recorrer este tramo del camino que se abre ante nosotros en plena docilidad al Espíritu del Señor, Pastor y Guía de su Iglesia, para caminar en la verdad y en la paz. Jesucristo no nos pide hacer muchas cosas sino tomarnos en serio nuestra vocación de hijos de Dios llamados a testimoniar ante el mundo la belleza de vivir en la fraternidad enraizada en el Señor Jesús, fraternidad en la que el Espíritu armoniza individualidades diferentes y comunión eclesial, como anticipo, en la historia, de la belleza del Reino de Dios que nos espera.
Saludo también a todas las comunidades parroquiales, a los miembros de sus asociaciones y movimientos, a los religiosos y religiosas que trabajan con sacrificio y dedicación en bien de la Diócesis, y de modo particular me dirijo a todos los fieles laicos que se implican con generosidad en la animación de la vida cotidiana de nuestras parroquias, especialmente a los catequistas y a cuantos trabajan en el delicado campo de la pastoral familiar y de jóvenes.
Todos estamos invitados desde este momento a ponernos en espíritu de oración ante el Señor para invocar de Él, a través de la solicitud apostólica del Santo Padre, el don de un Pastor que sepa guiarnos en la caridad y en la verdad, de modo que nuestra Iglesia diocesana siga siendo Evangelio vivo en medio de la sociedad soriana. Estoy seguro de que en esta tarea orante contamos con la ayuda de tantos hermanos y hermanas que, en nuestras comunidades, en el silencio y la generosidad que sólo Dios conoce, saben vivir el misterio de la enfermedad y del sufrimiento en unión con la cruz de Cristo. A ellos debe ir la gratitud de toda la Iglesia diocesana porque son ellos quienes realizan el apostolado más fecundo.
Permitidme, finalmente, enviar un saludo cargado de afecto a D. Gerardo que ha guiado con generosidad apostólica nuestra Diócesis durante los últimos ocho años. A él le he pedido que bendiga y rece por esta nueva responsabilidad que el Colegio de Consultores pone en mis manos, y que no se olvide de esta Diócesis nuestra que, anclada en la Tradición apostólica, quiere seguir siendo testigo de Jesucristo en medio del mundo.
Me encomiendo a vuestras oraciones para que el Señor me ayude en este servicio pastoral y espero vuestra colaboración y apoyo para realizar juntos el ministerio que nos une.
Contad todos con mi afecto y mi disposición a colaborar en este tiempo en lo que fuere necesario hasta la llegada del nuevo Pastor.
Gabriel-Ángel Rodríguez Millán
Administrador diocesano de Osma-Soria