MATERIALES PARA LA CELEBRACIÓN
DE LA PROCESIÓN EUCARÍSTICA
EN LA SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO
Y SANGRE DE CRISTO
Delegación Episcopal de Liturgia
Diócesis de Cartagena
OBSERVACIONES PREVIAS
1. En la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo se ofrece a la piedad de los fieles el culto del Santísimo Sacramento, para que se celebren las maravillas de Dios significadas en él y realizadas en el misterio pascual, para que aprendan a participar en el sacrificio eucarístico y a vivir más intensamente de él, para que veneren la presencia de Cristo en el Señor en este Sacramento y den las debidas acciones de gracias a Dios por los bienes recibidos (Cf. Ceremonial de los Obispos, n. 385).
2. La procesión es una celebración peculiar dentro de esta solemnidad, nacida de la piedad de la Iglesia, en la que el pueblo cristiano, llevando la Eucaristía, recorre las calles con un rito solemne, con cantos y oraciones y así rinde público testimonio de fe y piedad hacia este Sacramento (Cf. Ceremonial de los Obispos, n. 386).
3. Normalmente la procesión se hace después de la Misa en la que se consagra la sagrada forma que se lleva en procesión, o bien después de una pública y prolongada adoración que siga a la Misa (Ritual de la Sagrada Comunión y del culto a la Eucaristía fuera de la Misa, n. 103).
4. Para la Misa solemne y la exposición se utilizan ornamentos blancos. En el altar se encienden cuatro o seis velas. La Sagrada Forma que se va a llevar en procesión se consagra en la misa Misa, bien en una patena o en el mismo viril. La custodia debe estar preparada en la credencia. El adorno floral debe destacar la solemnidad del día. Si el sacerdote va a presidir la procesión con capa pluvial en vez de con la casulla, esta se deja en un lugar adecuado, cerca de la sede, para que se pueda cambiar en el momento oportuno. También se debe preparar el palio, fuera del presbiterio, si se va a usar. En la procesión no se pueden llevar imágenes, ni del Señor, ni de la Santísima Virgen, ni de los Santos, pero sí se pueden llevar estandartes, especialmente de los distintos movimientos eucarísticos, cofradías, etc. Se debería prever también algún sistema de megafonía para ayudar al canto durante la procesión y para que las oraciones sean audibles para todos los que participan.
EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO
1. Terminada la comunión de los fieles se lleva la custodia al altar, en la cual el sacerdote coloca reverentemente la forma consagrada. La purificación de los vasos sagrados es preferible hacerla en la credencia.
2. Luego hace genuflexión y vuelve a la sede, donde hace la oración después de la comunión. Dicha esta, y omitidos los ritos de conclusión, se inicia la procesión. El sacerdote la preside revestido con la casulla de color blanco, o bien se pone en este momento la capa pluvial. Si la procesión no sigue inmediatamente a la Misa, utiliza la capa pluvial.
3. Dicha la oración después de la comunión se pone incienso en el incensario y el sacerdote inciensa el Santísimo Sacramento. Mientras tanto todos permanecen de rodillas. Se canta un canto de adoración:
Pange, lingua, gloriósi
córporis mystérium,
sanguinisque pretiósi,
quem in mundi prétium
fructus ventris generósi
Rex effúdit géntium.
Canta, lengua, el misterio
del cuerpo glorioso
y la preciosa sangre
que como precio del mundo
el fruto del vientre generoso,
el Rey de las naciones, derramó.
u otro canto oportuno.
4. Luego recibe el paño de hombros, sube al altar y toma la custodia con ambas manos, cubiertas con el paño. Si se utiliza el palio, los que lo llevan esperan al pie del presbiterio al sacerdote con la custodia.
PROCESIÓN
5. El orden de la procesión es el que sigue:
– Acólito con la cruz y acólitos con los cirios encendidos.
– Niños que han hecho la primera comunión, si es costumbre.
– Otros sacerdotes.
– Ministro con el incensario -o con los incensarios, si se usan dos-.
– Sacerdote con el Santísimo Sacramento, bajo palio, si es costumbre.
– Fieles, llevando, si es costumbre, velas encendidas.
6. Todo lo anterior se adapta si el Santísimo es sacado en procesión en un carro o trono eucarístico, y por tanto el sacerdote no lo lleva en las manos durante la procesión.
7. La procesión va de una iglesia a otra, o, dependiendo de las circunstancias, puede llegar también a la iglesia de la que salió.
ESTACIONES
8. Si es costumbre, a lo largo del recorrido de la procesión pueden hacerse «estaciones», en las que se imparte la bendición Eucarística. El sacerdote coloca la custodia en el «altar» que se ha preparado, inciensa el Santísimo mientras se canta un canto adecuado y hace una de las siguientes oraciones:
Oremos.
Oh Dios, que nos diste el verdadero pan del cielo,
concédenos, te rogamos,
que, con la fuerza de este alimento espiritual,
siempre vivamos en ti
y resucitemos gloriosos en el último día.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.
O bien:
Oremos.
Oh Dios, que redimiste a todos los hombres
con el misterio pascual de Cristo,
conserva en nosotros la obra de misericordia,
para que, venerando constantemente
el misterio de nuestra salvación,
merezcamos conseguir su fruto.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.
O bien:
Oremos.
Ilumina, Señor, con la luz de la fe nuestros corazones
y abrásalos con el fuego de la caridad,
para que adoremos confiadamente
en espíritu y en verdad
a quien reconocemos en este Sacramento
como nuestro Dios y Señor.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
R/. Amén.
BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO SACRAMENTO
9. Al final de la procesión se imparte la bendición con el Santísimo Sacramento.
10. El sacerdote coloca la custodia sobre el altar. Hace genuflexión y se arrodilla ante el altar. Todos se arrodillan.
11. Después de poner y bendecir el incienso, hace reverencia e inciensa al Santísimo con tres movimientos triples del incensario. Mientras tanto se canta un canto de adoración:
Tantum ergo sacraméntum
venerémur cernui,
et antíquum documéntum
novo cedat rítui;
praestet fides supleméntum
sensuum deféctui.
Genitóri Genitóque
laus et iubilátio,
salus, honor, virtus quoque
sit et benedictio;
procedénti ab utróque
compar sit laudátio. Amen.
Veneremos, pues,
postrados tan grande Sacramento;
y la antigua imagen ceda el lugar
al nuevo rito; la fe reemplace
la incapacidad de los sentidos.
Al Padre y al Hijo
sean dadas alabanza y gloria,
Fortaleza, honor, poder y bendición;
una gloria igual sea dada a
aquel que de uno y de otro procede.
Amén.
u otro canto oportuno.
12. Luego se levanta y dice la siguiente oración:
V/. Panem de caelo praestitísti eis (TP. allelúia).
R/. Omne delectaméntum in se habéntem (TP. allelúia).
Oremus.
Deus, qui nobis sub sacraménto mirábili
passiónis tuae memóriam Reliquísti,
tríbue, quaésumus,
ita nos Córporis et Sánguinis tui sacra mystéria venerári,
ut redemptiónis tuae fructum in nobis iúgiter sentiámus.
Qui vivís et regnas in saécula saéculórum.
R/. Amen.
O bien, en español:
V/. Les diste pan del cielo. (T.P. Aleluya).
R/. Que contiene en sí todo deleite. (T.P. Aleluya).
Oremos.
Oh Dios, que en este admirable sacramento
nos dejaste el memorial de tú Pasión,
te pedimos nos concedas venerar de tal modo
los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre,
que experimentemos constantemente
el fruto de tu redención.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R/. Amén.
13. Luego recibe el paño de hombros, sube al altar, hace genuflexión y toma la custodia, que mantiene elevada con ambas manos cubiertas con el paño de hombros. Vuelto hacia el pueblo, hace la señal de la cruz con la custodia sin decir nada. Luego la coloca sobre el altar y hace genuflexión.
14. Luego se pueden recitar las alabanzas las Santísimo Sacramento, aunque el ritual no lo plantea ya como obligatorio:
Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus Santos.
Amén.
15. Luego se traslada el santísimo a la capilla de la reserva.
16. Entre tanto se puede cantar alguna aclamación, como por ejemplo:
Laudate Dominum omnes gentes
Laudate eum, omnes populi
Quoniam confirmata est
Super nos misericordia eius,
Et veritas Domini manet in aeternum.
Gloria Patri et Filio et Spiritui Sancto.
Sicut erat in principio, et nunc, et semper.
Et in saecula saeculorum.
Amen.
Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos.
Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.
O bien:
R/. Christus vincit, Christus regnat,
Christus Christus imperat!
1. N. Summo Pontifici
et universali Patri
pax vita et salus perpetua! R/.
2. N. Reverendissimo Episcopo
et universo clero ac populo ei commisso
pax, vita et salus perpetua! R/.
3. Tempora bona veniant!
Pax Christi veniat!
Regnum Christi veniat! R/.
17. Reservado el Santísimo, la procesión a la sacristía se hace la manera acostumbrada.