CAPILLA PAPAL
CONSISTORIO
ORDINARIO PÚBLICO
PRESIDIDO POR EL SANTO PADRE
FRANCISCO
PARA LA CREACIÓN DE NUEVOS CARDENALES
LA IMPOSICIÓN DE LA BIRRETA
LA ENTREGA DEL ANILLO
Y LA ASIGNACIÓN DEL TÍTULO O DE LA DIACONÍA
Basílica Vaticana, 28 de junio de 2018
Traducción español de Iglesiaactualidad
Citas bíblicas: Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española
Tu es Petrus
La schola: Mt 16, 18-19
Tu es Petrus, et super hanc petram ædificabo Ecclesiam meam, et portæ inferi non prævalebunt adversus eam, et tibi dabo claves regni cælorum. | Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará, y te daré las llaves del reino de los cielos. |
El Sumo Pontífice, una vez realizada una breve oración ante la Confesión, se dirige a la sede.
Saludo
El Santo Padre: Gratia vobis et pax a Deo Patre nostro et Domino Iesu Christo. |
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. La gracia y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo, estén con todos vosotros. |
Uno de los nuevos cardenales, en nombre de todos, dirige al Santo Padre unas palabras de homenaje y gratitud.
Oración
El Santo Padre:
Oremus. R/. Amen. |
Oremos R/. Amén. |
Todos se sientan.
Lectura
Sed misericordiosos
como vuestro Padre es misericordioso
Un lector:
Ascoltate la parola del Signore dal Vangelo secondo Marco 10, 32-45. In quel tempo, mentre erano sulla strada per salire a Gerusalemme, Gesù camminava davanti ai discepoli ed essi erano sgomenti; coloro che lo seguivano erano impauriti. |
Escuchad la palabra del Señor del Evangelio según Marcos 10, 32-45. En aquel tiempo, estaban subiendo por el camino hacia Jerusalén y Jesús iba delante de ellos; ellos estaban sorprendidos y los que lo seguían tenían miedo. |
Alocución
Silencio para la reflexión personal.
Creación de los nuevos cardenales
El Santo Padre:
Fratres carissimi, munus gratum idemque grave sumus expleturi, quod cum ad Romanam Ecclesiam imprimis pertineat totius quoque Ecclesiæ corpus afficit: in Patrum Cardinalium Collegium nonnullos Fratres cooptabimus, qui artiore vinculo cum Petri Sede devinciantur, Romani Cleri |
Queridos hermanos, nos disponemos a llevar a cabo una agradable y solemne tarea de nuestro ministerio sagrado. Principalmente se refiere a la Iglesia de Roma, pero también afecta a toda la comunidad eclesial: vamos a llamar a algunos de nuestros hermanos para entrar el Colegio Cardenalicio, para que, quedando unidos con un vínculo más cercano a la Sede de Pedro, se conviertan en miembros del clero de Roma, cooperando más intensamente a nuestro servicio apostólico. |
El Santo Padre pronuncia el nombre de los nuevos cardenales y anuncia el Orden Presbiteral o Diaconal al que son asignados.
Profesión de fe y juramento
Solo los cardenales se ponen en pie.
El Santo Padre se dirige a los nuevos cardenales:
Fratres carissimi, fidem vestram in Deum unum et trinum, et fidelitatem in sanctam Ecclesiam catholicam atque apostolicam, teste populo sancto Dei, profitemini. |
Queridísimos hermanos, profesad ahora, ante al pueblo santo de Dios, vuestra fe en el Dios uno y trino, y vuestra fidelidad a la Santa Iglesia católica y apostólica. |
Los nuevos cardenales realizan profesión de fe:
Credo in unum Deum Patrem omnipoténtem, Creatórem caeli et terrae, et in Iesum Christum, Fílium eius únicum, Dóminum nostrum, qui concéptus est de Spíritu Sancto, natus ex María Vírgine, passus sub Póntio Piláto, crucifíxus, mórtuus, et sepúltus, descéndit ad ínferos, tértia die resurréxit a mórtuis, ascéndit ad caelos, sedet ad déxteram Dei Patris omnipoténtis, inde ventúrus est iudicáre vivos et mórtuos. Credo in Spíritum Sanctum, sanctam Ecclésiam cathólicam, sanctórum communiónem, remissiónem peccatórum, carnis resurrectiónem, vitam aetérnam. Amen. |
Creo en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne |
Después juran fidelidad y obediencia al Santo Padre y a su sucesores:
Ego N. sanctæ Romanæ Ecclesiæ Cardinalis N., promitto et iuro, me ab hac hora deinceps, quamdiu vixero, fidelem Christo eiusque Evangelio atque obœdientem beato Petro sanctæque Apostolicæ Romanæ Ecclesiæ ac Summo Pontifici Francisco, eiusque successoribus canonice legitimeque electis, constanter fore; communionem cum Ecclesia catholica, sive verbis a me prolatis, sive mea agendi ratione, me semper servaturum; nuntia vel secreta omnia, quæ mihi concredita sint, numquam in Ecclesiæ damnum vel dedecus esse evulgaturum; magna denique cum diligentia et fidelitate onera explere, quibus teneor erga Ecclesiam, in quam ad meum servitium exercendum, secundum iuris præscripta, vocatus sum. Ita me Deus omnipotens adiuvet. |
Yo, N., Cardenal de la Santa Iglesia Romana, N., prometo y juro, desde ahora en adelante, y por siempre mientras viva, ser fiel a Cristo y a su Evangelio, constantemente obediente a la Santa Iglesia Apostólica Romana y a San Pedro, al Sumo Pontífice Francisco y a sus sucesores canónicamente elegidos; conservar siempre con la palabra y con la obra la comunión con la Iglesia Católica; no manifestar a nadie cuanto me haya sido confiado y cuya revelación podría acarrear daño o deshonra a la Santa Iglesia; desempeñar con gran diligencia y fidelidad las tareas a las cuales he sido llamado en mi servicio a la Iglesia, según las normas del derecho. Así me ayude Dios omnipotente. |
Imposición de la birreta, entrega del anillo cardenalicio
y asignación del título o de la diaconía
El Santo Padre:
Ad laudem omnipotentis Dei et Apostolicæ Sedis ornamentum, accipite biretum rubrum, Cardinalatus dignitatis insigne, per quod significatur usque ad sanguinis effusionem pro incremento christianæ fidei, pace et quiete populi Dei, libertate et diffusione Sanctæ Romanæ Ecclesiæ vos ipsos intrepidos exhibere debere. |
En honor de Dios omnipotente y para decoro de la Sede Apostólica, recibe el birreta rojo como signo de la dignidad del oficio de cardenal, y significa que estás preparado para actuar con fortaleza, hasta el punto de derramar tu sangre por el crecimiento de la fe cristiana, por la paz y armonía entre el pueblo de Dios, por la libertad y la extensión de la Santa Iglesia Católica Romana. |
Todos los cardenales, según el orden de creación, se acercan al Sumo Pontífice y se arrodillan.
El Santo Padre les impone el solideo y el birreta cardenalicia.
El Santo Padre entrega el anillo a cada cardenal:
Accipe anulum de manu Petri et noveris dilectione Principis Apostolorum dilectionem tuam erga Ecclesiam roborari. |
Recibe el anillo de la mano de Pedro y sé conocedor de que con el amor del Príncipe de los Apóstoles se refuerza tu amor hacia la Iglesia |
El Santo Padre asigna a cada cardenal una iglesia de Roma, como signo de participación en la solicitud pastoral del Papa en Roma:
Ad honorem Dei omnipotentis et sanctorum Apostolorum Petri et Pauli, tibi committimus Titulum (vel Diaconiam) N. |
En honor de Dios omnipotente y de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, te entregamos el Título (o la Diaconía) de N. |
El Santo Padre entrega la Bula de creación cardenalicia y de asignación del Título o de la Diaconía e intercambia con el neo-cardenal un abrazo de paz:
Pax Domini sit semper tecum.R/. Amen. | La paz del Señor esté siempre contigo.R/. Amén. |
Los nuevos cardenales intercambian con los demás cardenales un abrazo de paz. Después se dirigen a la sede para ellos preparada.
Constitues eos principes
La schola: Cf. Ps 44, 17-18
Constitues eos principes super omnem terram. Memores erunt nominis tui, Domine, in omni generatione et progenie. |
Los constituirás príncipes sobre toda la Tierra, y harán memorable tu Nombre, Señor, por generaciones y generaciones |
Oración dominical
El Santo Padre:
Dicamus nunc omnes orationem, quam Christus tamquam exemplar omnis orationis nobis decit: |
Digamos la oración que Cristo nos dejo como ejemplo de toda plegaria: |
El Santo Padre y la asamblea:
(Cantado) Pater noster, qui es in caelis: sanctificétur nomen tuum; advéniat regnum tuum; fiat volúntas tua, sicut in caelo, et in terra. |
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. |
El Santo Padre:
Deus, cuius universæ viæ misericordia est semper et veritas, operis tui dona prosequere; et quod possibilitas non habet fragilitatis humanæ, tuis beneficiis miseratus impende; ut hi famuli tui, Ecclesiæ tuæ iugiter servientes et fidei integritate fundati, et mentis luceant puritate conspicui. |
Dios, cuyo camino universal es siempre la misericordia y la verdad, sustenta los dones de tu obra, para que aquello que no es posible a la humana fragilidad, lo concedas misericordioso por tu gracia, para que estos siervos tuyos, edificando constantemente tu Iglesia y, fundados en la integridad de la fe, resplandezcan en la pureza de corazón. |
Bendición
El Santo Padre:
Dominus vobiscum. Sit nomen Domini benedictum. Adiutorium nostrum in nomine Domini. Benedicat vos omnipotens Deus, Pater, ✠ et Filius, ✠ et Spiritus ✠ Sanctus. |
El Señor esté con vosotros. Bendito se al nombre del Señor. Nuestro auxilio es el nombre del Señor. Os bendiga Dios omnipotente, Padre, ✠ Hijo, ✠ y Espíritu ✠ Santo. |
Antífona mariana
Salve, Mater misericordiae
La schola y la asamblea:
(Cantado) Salve, Regina, * Mater misericordiae, vita dulcedo, et spes nostra, salve. Ad te clamamus, exsules filii Hevae, ad te suspiramus, gementes et flentes, in hac lacrimarum valle. Eia, ergo, advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte; et Iesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exilium ostende. O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria! |
Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
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