Subsidio litúrgico para el XVIII Domingo del tiempo ordinario (5 de agosto de 2018)

Subsidio litúrgico
para la Sede presidencial

XVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
(Año B)

cristo jesus

Antífona de entrada          Sal 69, 2. 6

Dios mío, ven en mi auxilio; Señor, date prisa en socorrerme. Que tú eres mi auxilio y mi liberación. Señor, no tardes.

Monición de entrada

Jesús nos invita hoy a tener fe en él, que es pan verdadero bajado del cielo para dar la vida al mundo. Esa fe es la clave de los interrogantes que dan sentido a la vida del hombre.

Acto penitencial

Tú, grande en el Amor, que abres nuestro corazón para que escuchemos tu Palabra y nos nutres con el pan del cielo:
Señor, ten piedad. R/.

Tú, Pan vivo bajado del cielo, que alimentas en nosotros la fe, la esperanza y la caridad, entregando tu vida por nosotros:
Cristo, ten piedad. R/.

Tú, Palabra de Vida, que permaneces fiel a tus promesas dándonos el pan que sacia nuestra hambre de vida eterna:
Señor, ten piedad. R/.

En lugar del acto penitencial, se puede celebrar el rito de la bendición y de la apersión del agua bendita.

Se dice Gloria.

Oración colecta

Atiende, Señor, a tus siervos
y derrama tu bondad imperecedera
sobre los que te suplican,
para que renueves lo que creaste
y conserves lo renovado
en estos que te alaban como autor y como guía.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Se dice Credo.

Oración de los fieles

Jesús nos llama a una vida nueva: la de hijos de Dios. El Padre, que cuida de sus hijos, nos da un alimento celestial: ha enviado a su Hijo Jesús a caminar por los caminos del mundo. Oremos para que nos ayude a hacer de él nuestro alimento,

— Por la santa Iglesia y por sus pastores: para que sepan recordar a quienes solo se preocupan del  bienestar material que las personas tienen exigencias más profundas, roguemos al Señor.

— Por quienes tienen autoridad en las naciones: para que, además del bienestar material y el progreso se preocupen también de las exigencias más profundas de la persona humana, como la seguridad afectiva de la familia unida, la educación de los hijos, la ayuda a quien vive en soledad y la necesaria solidaridad entre todos, roguemos al Señor.

Por quienes viven en la inseguridad, en la desesperación, en la soledad: para que encuentren en la Palabra y en la Eucaristía la cercanía de Dios, y puedan recuperar la esperanza, roguemos al Señor

Por nuestra comunidad (parroquial), para que sepa buscar y reconocer el alimento que sacia nuestra hambre y sed de felicidad, alejando lo que es e<mero, roguemos al Señor.

Por nosotros, reunidos para celebrar la Pascua semanal, para que no nos cansemos de buscar esta fuente de vida que no tiene fin, y vivamos la comunión con Dios y con los hermanos, roguemos al Señor.

Oh Padre, que has enviado a tu Hijo para darnos el alimento que dura para la vida eterna, escucha nuestras peticiones y aumenta nuestra fe en tu Palabra, para que podamos identificarnos más y mejor con el Hombre Nuevo: Cristo Jesús, nuestro Salvador. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Oración después de la comunión

A quienes has renovado con el don del cielo,
acompáñalos siempre con tu auxilio, Señor,
y, ya que no cesas de reconfortarlos,
haz que sean dignos de la redención eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

 


SUGERENCIAS DE CANTOS

Canto de entrada: Sálvanos, Señor Jesús (CLN, A 14);
o bien: Anunciaremos tu Reino (CLN, 402); Juntos, como hermanos (CLN, 402).

Canto de comunión: Te conocimos al partir el pan (CLN, O 25);
o bien: Comiendo del mismo pan (CLN, O 27).

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