Subsidio para la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María

Subsidio litúrgico
para la sede presidencial

II Domingo de Adviento

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE
LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA,
PATRONA DE ESPAÑA

Celebramos hoy que la Virgen María fue concebida sin pecado original para que así el Hijo de Dios, al hacerse hombre en su seno, encontrara una digna morada. Y fue preservada de todo pecado, en previsión de la muerte del Hijo (oración colecta). Ella es comienzo e imagen de la Iglesia, la segunda Eva, Esposa e imagen de Cristo, el nuevo Adán (Prefacio). En ella se cumple la profecía hecha a la serpiente en el paraíso: la estirpe de Eva «te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón» (primera lectura). Por todo esto la saludamos como la llena de gracia, con quien está el Señor.

Color: azul o blanco.
Misal Romano: Antífonas y oraciones propias, Gloria, Credo, Prefacio propio. No se puede decir la plegaria eucarística IV.
Leccionario: primera lectura, salmo y Evangelio de la solemnidad, volumen IV. Segunda lectura del II domingo de Adviento, volumen I (A).
Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa exequial.

Antífona de entrada (Is 61, 10)

Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios: porque me ha puesto un traje de salvación y me ha envuelto con un manto de justicia, como novia que se adorna con sus joyas.

Monición de entrada

Hermanos y hermanas, celebramos hoy la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la bienaventurada Virgen María, que, llena de gracia y bendita entre las mujeres, en previsión del nacimiento y de la muerte salvífica del Hijo de Dios, desde el mismo primer instante de su concepción fue preservada de toda culpa original, por singular privilegio de Dios. El año 1854 la concepción inmaculada de la Virgen María fue definida como dogma por el papa Pío IX; esta declaración papal asume la larga tradición de la Iglesia de Oriente y Occidente, que ya desde antiguo profesaba esta verdad de fe. España destacó por su activo papel en esta proclamación y por esta razón es nuestra patrona.

Y ahora, en este II Domingo de Adviento, con gozosa esperanza encendemos el segundo cirio de la corona de Adviento.

Acto penitencial

Nos reconocemos pecadores ante Dios y los demás, e invocamos a la Virgen María, refugio de pecadores, para que interceda por nososotros, diciendo:

Yo confieso…

Se dice Gloria.

Oración colecta

Oremos.
Oh, Dios,
que por la Concepción Inmaculada de la Virgen
preparaste a tu Hijo una digna morada
y, en previsión de la muerte de tu Hijo,
la preservaste de todo pecado,
concédenos, por su intercesión,
llegar a ti limpios de todas nuestras culpas.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.

Se dice Credo.

Oración de los fieles

Oremos al Señor, nuestro Dios, que eligió a María con vocación singular, bendita entre todas las mujeres.

  • Por la Iglesia, precursora de Cristo, como Juan Bautista, para que prepare los caminos del Señor allí donde apenas ha llegado el anuncio de su venida. Roguemos al Señor.
  • Por las religiosas y todas aquellas mujeres que dedican su vida y su tiempo a diversas tareas eclesiales. Roguemos al Señor.
  • Por los jóvenes, para que sigan como María la virtud de la pureza y vivan siempre alegres en el amor a Dios y al prójimo. Roguemos al Señor.
  • Por las mujeres que diversos países sufren discriminación injusta por razón de su sexo. Roguemos al Señor.
  • Por los enfermos y cuantos sufren cualquier mal, llamados a encontrar en María el consuelo y la gracia que necesitan. Roguemos al Señor.
  • Por nosotros, elegidos en la persona de Cristo, llamados a ser santos e intachables ante Dios por el amor. Roguemos al Señor.

Dios todopoderoso, rico en misericordia,
no permitas que,
cuando salimos animosos al encuentro de tu Hijo,
lo impidan los afanes terrenales,
para que, aprendiendo la sabiduría celestial,
podamos participar plenamente de su vida.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración después de la comunión

Oremos.
Señor Dios nuestro,
el sacramento que hemos recibido
repare en nosotros las heridas de aquel primer pecado
del que preservaste de modo singular
la Concepción inmaculada de la santísima Virgen María.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Bendición solemne

V/. El Señor esté con vosotros.

R/. Y con tu espíritu.

V/. Inclinaos para recibir la bendición.

Dios que en su providencia amorosa
quiso salvar al género humano
por el fruto bendito del seno de la Virgen María,
os colme de sus bendiciones.

R/.  Amén.

Que os acompañe siempre la protección de la Virgen,
por quien habéis recibido al Autor de la vida.

R/.  Amén.

Y a todos vosotros,
reunidos hoy para celebrar con devoción esta fiesta de María,
el Señor os conceda la alegría del Espíritu
y los bienes de su reino.

R/.  Amén.

Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo ✠ y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.

R/.  Amén.


SUGERENCIAS DE CANTOS

Canto de entrada: Hija de Sion, alégrate (Lucien Deiss);
o bien: Roráte, cæli (CLN, 32); Mujer fuerte (CNL, 322).

Canto de comunión: Hija del pueblo (CLN, 327);
o bien: Magnificat (CLN, 326); Hoy te quiero cantar (CLN, O 27).

Antífona mariana:Tota pulchra.

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