PRESENTACIÓN DE LOS MATERIALES PARA EL DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS 2021
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios» (Mc 1, 14-20)

Juan Luis MARTÍN BARRIOS
Director del Secretariado de la Comisión Episcopal para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado
«¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que proclama la paz, que anuncia la buena noticia, que pregona la justicia, que dice a Sion “Tu Dios reina”» (Is 52, 7). Esto es lo que pretende ser el Área de Pastoral Bíblica, recientemente creada en la Conferencia Episcopal Española e insertada en la Comisión para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado. Ninguno de estos tres grandes procesos en la pastoral de la Iglesia se pueden entender sin la referencia en su origen, desarrollo y destino, a la Sagrada Escritura como Palabra de Dios dirigida a los hombres y mujeres de hoy en su contexto. A la luz de Dei Verbum n. 2, comprendemos que Dios, en su infinita misericordia, desveló su plan de salvación a la humanidad entera, esperando de cada ser humano la respuesta de la fe, es decir, la adhesión personal al Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo. En ese encuentro entre Dios y el hombre se produce el misterio, que no es la realidad incomprensible a la mente humana (concepción grecolatina), sino que, siguiendo la concepción bíblica (semita), un misterio se da cuando la historia de Dios se inserta en la historia humana. Podemos decir que en el diálogo entre Dios y el hombre, Jesucristo es la Palabra.
Después de cincuenta y cinco años de la clausura del Vaticano II, y como expresión de esa nueva sensibilidad conciliar, podemos decir que la Iglesia ha dado pasos bien significativos en la tarea de dar a conocer la Palabra de Dios. Pensamos tanto en la revisión de la Liturgia de la Palabra en la celebración de la eucaristía y la presencia de la Escritura en todos los sacramentos, los catecismos y en los diversos itinerarios catequéticos, así como en la publica-ción de numerosas traducciones de la Biblia, la divulgación de los materiales orientados a distintos ámbitos de la animación bíblica de la pastoral y los innumerables proyectos de lectura creyente de la Biblia en diócesis, parroquias y comunidades.
En efecto, aquel Concilio Ecuménico dio un gran impulso al descubrimiento de la Palabra de Dios. Desde él, los sucesivos pontífices han seguido la estela marcada por la constitución Dei Verbum y han cuidado mucho subrayar la importancia de la Palabra de Dios en la Iglesia. Baste recordar a san Pablo VI, que creó la Federación Bíblica Católica Mundial (FEBIC) para llevar a la práctica dicha constitución, en especial el capítulo VI sobre la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia; a san Juan Pablo II en Tertio millennio adveniente (n. 36) y en Novo millennio ineunte (n. 17); a Benedicto XVI, que, a la luz de la Asamblea del Sínodo de Obispos de 2008 sobre la «Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia», publicó la exhortación apostólica Verbum Domini; y al papa Francisco, quien, a la luz de la XIII Asamblea General del Sínodo de 2012 sobre «La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana», publicó la exhortación Evangelii gaudium, donde, además de estar cosida de abundantes citas y comen-tarios bíblicos, afirma que «toda la evangelización está fundada sobre la Palabra de Dios escuchada, meditada, vivida, celebrada y testimoniada» (EG, n. 174). En dicho itinerario, el obispo de Roma, tras la conclusión del Jubileo extraordinario de la misericordia, año 2013, pidió que se pensara en «un domingo dedicado enteramente a la Palabra de Dios para comprender la inagotable riqueza que proviene de ese diálogo constante de Dios con su pueblo» (Misericordia et misera, n. 7). Un sueño hecho realidad al instituir el III Domingo del Tiempo ordinario como «Domingo de la Palabra de Dios» y coronado ahora con la reciente carta apostólica Scripturae Sacrae affectus con motivo del 1600 aniversario de la muerte de san Jerónimo, que hoy, como a sus contemporáneos, nos dice: «Lee muy a menudo las Sagradas Escrituras, o mejor, nunca el texto santo se te caiga de tus manos».
Con el objetivo de ayudar a preparar dicha celebración el próximo día 24 de enero de 2021 se ofrecen estos materiales orientados por Mons. Julián Ruiz, por el Área de Pastoral Bíblica de la CEE y amasados por nuestros amigos de la Casa de la Biblia. A ellos agradecemos su generosa disponibilidad, cualifi-cado trabajo y atento servicio.
El texto elegido para esta Jornada se corresponde con uno de los versículos del evangelio propio de ese domingo (Mc 1, 14-20). Juan Bautista ha sido arrestado en la cárcel de Maqueronte, y Jesús, en los primeros compases de su vida pública, tras el bautismo y lleno del Espíritu Santo, comienza su misión: «está cerca el reino de Dios». Reino que consiste en acoger la Buena Noticia, el Evangelio, de que todos somos hermanos (fraternidad), porque tenemos un solo Padre (filiación) y tenemos que amarnos más, mejor y de otra manera (mandamiento nuevo). Al inicio del Tiempo ordinario, nos ponemos a la escucha de la llamada del Señor que, como a los discípulos de la primera hora, nos sigue haciendo a cada uno de nosotros para implicarnos en la construcción del reino.
Estos materiales aparecen distribuidos en torno a tres partes: un subsidio litúrgico para la celebración de la santa misa, unos puntos orientativos y sugerentes para la homilía, y un ejemplo de lectio divina para el ejercicio de la lectura creyente y orante de la Palabra de Dios.
Nos unimos al deseo del papa Francisco, quien, al final de su carta apostólica Aperuit illis, expresa «que el Domingo dedicado a la Palabra haga crecer en el Pueblo de Dios la familiaridad religiosa y asidua con la Sagrada Escritura, como el autor sagrado lo enseñaba ya en tiempos antiguos: esta Palabra “está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca para que la cumplas” (Dt 30, 14)».