Apuntes históricos sobre la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol

La Iglesia nace del designio del Padre para la salvación de todos, de la misión del Hijo, entregado por muchos, y del Espíritu Santo, Señor y dador de vida, tal como nos recuerda el Concilio Vaticano II (Cf. LG 2-4). Esta verdad se realiza en cada Iglesia particular que, presidida por un obispo y en comunión con el Papa, visibiliza su ser misterio de comunión de todos con Dios, entre cada uno de sus miembros y con toda la creación.

La Iglesia de Mondoñedo-Ferrol surge durante la primera evangelización de Galicia y el Evangelio llega hasta estas tierras del norte a través de nuestro mar, gracias a los bretones, de cuya presencia tenemos testimonios claros desde mediados del siglo VI en la actual parroquia de Santa María de Bretoña, muy cerca de la actual ciudad de Mondoñedo.

Sin embargo, unas iglesias estables en la Gallaecia romana, fieles a Roma y con estructura semejante a la actual, las encontramos en la época de San Martín de Dumio, personaje excepcional de la antigua literatura hispano-cristiana. Según él mismo nos confiesa, había nacido en la Panonia húngara y viene a la península en el año 530 para evangelizar el Reino Suevo. San Martín fundaría el Monasterio de Dumio desde donde anunciará el Evangelio por toda Galicia y el norte de Portugal. Hasta nosotros han llegado sus escritos teológicos, morales y catequéticos. Suele afirmarse que a San Martín de Dumio y a sus monjes se debe la evangelización y la organización de Galicia en parroquias.

Dumio es el lugar de donde parte el anuncio del Evangelio y la renovación de las costumbres para estas tierras noroccidentales de la Gallaecia romana. Dumio es el símbolo de la inculturación de la fe en el Reino Suevo. Dumio es el punto de referencia para la comunión con la fe de la Iglesia Católica de estas comunidades. Dumio es el lugar de donde salen estos monjes que darán forma a esta Iglesia particular en comunión con la Iglesia Universal.

Las grandes figuras de esta etapa de nuestra historia serán los obispos San Rosendo y San Gonzalo. Trasladada la sede a la actual ciudad de Mondoñedo, con un breve espacio de tiempo en Ribadeo, permanecerá así hasta el año 1959, en el que pasará a denominarse Diócesis de Mondoñedo-Ferrol. Grandes figuras del episcopologio mindoniense son Diego de Soto, Antonio de Guevara, Juan Muñoz y Salcedo, Alejandro Sarmiento o Manuel Fernández de Castro, el obispo santo.

Actualmente la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol ocupa la parte más septentrional de Galicia y sus límites son el Océano Atlántico y el Mar Cantábrico por el norte, la Archidiócesis de Oviedo por el este, la diócesis de Lugo por el sur y la Archidiócesis de Santiago de Compostela por el oeste. La diócesis abarca unos 4.500 kilómetros cuadrados y cuenta con unos doscientos sesenta y cinco mil habitantes, repartidos en 424 parroquias y siete arciprestazgos.

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