Celebración de la Misa Crismal en la Catedral de Tarragona

26 de marzo de 2024.- La Catedral de Tarragona ha acogido, este Lunes Santo, día 25 de marzo, la Misa crismal. La celebración ha estado presidida por el arzobispo, Mons. D. Joan Planellas Barnosell, y han concelebrado fray Octavi Vilà Mayo, Obispo electo de Gerona; Mons. D. Vicente Jiménez Zamora, Administrador apostólico de las diócesis de Huesca y de Jaca y Arzobispo emérito de Zaragoza, y cerca de un centenar de presbíteros de la Archidiócesis de Tarragona.

La Schola Cantorum de los Amics de la Catedral ha acompañado a los cantos de esta celebración, que ha sido seguida por un buen número de feligreses.

Arzobispo Joan: «Es imposible concebir una Iglesia en la que no actúen sinfónicamente dones diversos»

Durante la homilía, el arzobispo Joan ha destacado que la misa crismal «muestra con una fuerza especial que sin comunión con el obispo no hay Iglesia católica ni comunidad eclesial». Además, ha recordado que «vivimos una unidad esencial para que participemos de un mismo bautismo» y que «la experiencia del Sínodo sobre la sinodalidad que vivimos a nivel de Iglesia universal, así como el trabajo realizado en nuestra archidiócesis, está visibilizando esta unidad en la diferenciación ministerial».

Por otra parte, Planellas ha expuesto que «cuando somos ungidos por el Espíritu Santo, porque vivimos y celebramos en la comunión de la Iglesia, nos empapamos de sus dones». A partir de ese momento «ya no prevalece la crispación, la crítica y la polarización, sino el don de la unidad y la armonía de la comunión, porque es más lo que compartimos —la fe, la esperanza y la caridad— que todos los acentos, carismas, estilos y sensibilidades diversas, que ya no tienen por qué dividirnos», ha dicho.

El arzobispo Joan también ha invitado a «vivir la unidad en lo esencial y a dejar de lado lo de lo «siempre se ha hecho así», los egos personales o cualquier otra mundanidad». Así, ha expresado que «el Sínodo está impulsando la participación, la comunión y la misión de todos los bautizados en el proyecto evangelizador», por lo que es necesario «un cambio de mentalidad en el funcionamiento secular de la Iglesia […] para ser más fieles a la genuina tradición evangélica y apostólica que nos viene de los orígenes».

«Es imposible concebir una Iglesia donde no actúen sinfónicamente dones diversos, donde con espíritu de libertad no haya corresponsabilidad, sinodalidad, intercambios y comunión, ni se vea que en su interior es Dios mismo, en su Espíritu Santo, que actúa, que entabla relaciones, comunica y establece la unidad», ha afirmado. Finalmente, ha dado las gracias a los presbíteros y diáconos de la archidiócesis «por su fidelidad en lo esencial, porque procuran vivir su libertad en la comunión de la Iglesia y en el cauce amplio de la archidiócesis».

Renovación de las promesas sacerdotales y bendición de los santos óleos

Una vez finalizada la homilía los presbíteros han renovado, ante el Arzobispo, las promesas sacerdotales que hicieron en su ordenación presbiteral. A continuación, en el ofertorio, se han presentado los aceites, que este año les ha ofrendo una familia de la Parroquia de Sant Jaume de Arbeca.

En el transcurso de la liturgia eucarística, el arzobispo Joan ha bendecido a los aceites de los enfermos, y, después de la comunión, han sido bendecidos los aceites de los catecúmenos y se ha hecho la consagración del crisma, que se utilizará para la unción en los sacramentos del bautismo, la confirmación, la ordenación de presbíteros o obispos y también en las dedicaciones de templos.

Para cerrar la celebración, Mn. Joan Cañas, delegado diocesano para el clero, ha introducido el homenaje a los presbíteros que este año celebran los 25 y 50 años de ordenación presbiteral. En esta ocasión se ha homenajeado a Mn. Josep M. Serra Roigé en el quincuagésimo aniversario de presbítero, y Mn. Joan Miquel Bravo Alarcón, Mn. Jaume Gené Nolla, Mn. Antoni Pérez de Mendiguren, Mn. Valens Niyitegeka y Mn. Yuriy Banga en el vigésimo quinto aniversario de presbíteros, así como también Mn. Raimon Mateu y de la Casa, por los veinticinco años de servicio como diácono permanente. Como es tradición, todos los homenajeados han recibido una glosa de su labor ministerial por parte de un compañero presbítero y el arzobispo Joan les ha obsequiado con un detalle.

También durante la misa crismal se ha rogado por los presbíteros difuntos en el último año: Mn. Josep Jordán, Mn. Ramon Mercadé, Mn. Jordi Rossell, Mn. Jaume Sanahuja y Mn. Romà Aldave.

Conferencia de Mons. Vicente Jiménez

Ya terminada la misa crismal, en el Centre Tarraconense El Seminari ha tenido lugar la conferencia de esta jornada sacerdotal, que ha corrido a cargo de Mons. D. Vicente Jiménez Zamora, Administrador apostólico de las diócesis de Huesca y de Jaca y Arzobispo emérito de Zaragoza, coordinador del Equipo Sinodal de la Conferencia Episcopal Española y miembro de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.

Durante la ponencia, Mons. Vicente ha realizado una introducción en la que ha hablado sobre las principales novedades que se han producido a lo largo de este proceso sinodal que vive la Iglesia, así como de la metodología de trabajo a partir de la conversación en el Espíritu. Por otro lado, ha presentado los resultados recogidos en el Informe de Síntesis de la primera sesión de la Asamblea del Sínodo, que tuvo lugar durante el mes de octubre del pasado año.

El padre sinodal también ha expuesto los doce temas más destacados del Sínodo, entre ellos la importancia del bautismo y la centralidad de la eucaristía, la escucha de todos y del Espíritu, la misión del laicado y de la mujer , los presbíteros y la vida consagrada o la formación para la sinodalidad. Y, por último, ha tratado sobre el proceso sinodal que continúa, cómo mantener el dinamismo sinodal vivo y la promoción de una mayor implicación del conjunto del pueblo de Dios para lograr una Iglesia más sinodal y misionera.

ARZOBISPADO DE TARRAGONA

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