Palabras del Santo Padre al rezo del Regina Caeli

28 de abril de 2024.- Al término de la celebración eucarística presidida en la Plaza de San Marcos, el Santo Padre Francisco guió el rezo del Regina Caeli.

Antes de dejar la plaza, el Papa entró en privado en la Basílica para venerar las Reliquias del Santo. Después, tras subir a la lancha motora, llegó a la plaza interior del Centro de Reclusión de Mujeres de la Isla de la Giudecca desde donde, tras despedirse de las autoridades civiles y religiosas que le habían acogido a su llegada, partió en helicóptero para regresar a Roma.

Publicamos a continuación las palabras que pronunció el Papa al introducir la oración mariana:

Queridos hermanos y hermanas,

Antes de concluir nuestra celebración, quisiera saludar a todos ustedes que han participado. Doy las gracias de todo corazón al Patriarca, Francesco Moraglia, y con él a los colaboradores y voluntarios. Estoy agradecido a las autoridades civiles y a la policía que han facilitado esta visita. ¡Gracias a todos!

También desde aquí, como cada domingo, queremos invocar la intercesión de la Virgen María por las numerosas situaciones de sufrimiento en el mundo.

Pienso en Haití, donde está vigente el estado de emergencia y la población está desesperada por el colapso del sistema sanitario, la falta de alimentos y la violencia que empuja a la gente a huir. Confiamos al Señor el trabajo y las decisiones del nuevo Consejo presidencial de transición, que tomó posesión el pasado jueves en Puerto Príncipe, para que, con el renovado apoyo de la comunidad internacional, pueda conducir al país a alcanzar la paz y la estabilidad que tanto necesita.

Pienso en la atormentada Ucrania, en Palestina e Israel, en los Rohingya y en las muchas poblaciones que sufren la guerra y la violencia. Que el Dios de la paz ilumine los corazones, para que en todos crezca la voluntad de diálogo y de reconciliación.

Queridos hermanos y hermanas, ¡gracias nuevamente por vuestra acogida! Gracias al Patriarca. Los llevo conmigo en la oración; y ustedes también, por favor, no se olviden de rezar por mí, ¡porque este trabajo no es fácil!

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