La música en la tercera edición oficial del Misal Romano en lengua española

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LA MÚSICA EN LA TERCERA EDICIÓN OFICIAL
DEL MISAL ROMANO EN LENGUA ESPAÑOLA

Óscar VALADO DOMÍNGUEZ
Director del Secretariado Diocesano de Música Sacra
de Santiago de Compostela

En esta nueva edición del Misal Romano en lengua española se ha logrado incluir todo el Ordinario de la Misa musicalizado, deseo que en las ediciones anteriores nunca se pudo realizar. Hoy tienen su música todos los textos que se pueden cantar: algunos elementos del ordinario, los prefacios y las partes correspondientes de las plegarias eucarísticas, con la finalidad de facilitar y propiciar la primacía de la liturgia solemne. En efecto, la acción litúrgica reviste una «forma más noble cuando los oficios divinos se celebran solemnemente con canto» (SC, n. 113).

Sin embargo, las diferencias musicales en comparación con otras ediciones anteriores del Misal no son muy numerosas, pero sí significativas, sobre todo por las modificaciones en algunas partes del texto que han exigido pequeñas alteraciones en las melodías existentes o incluso la necesidad de crear alguna nueva. Esta novedad requerirá, sin duda, un esfuerzo añadido para su correcto aprendizaje, así como una importante labor pastoral para ayudar a los fieles a conocer la música del Misal y así favorecer «el primer grado de participación de los fieles» en las celebraciones litúrgicas, tal y como invitaba ya la instrucción Musicam sacram, publicada por la Congregación de Ritos en 1967:

– El saludo del sacerdote con la respuesta del pueblo.

– La oración colecta.

– La aclamación al Evangelio.

– La oración sobre las ofrendas.

– El prefacio con su diálogo y el Sanctus.

– La doxología final del canon.

– La oración del Señor -padrenuestro- con su monición y embolismo.

– El saludo «La paz del Señor…».

– La oración después de la comunión.

– Las fórmulas de despedida.

De este modo, se asegura la participación de los fieles en todas las respuestas y aclamaciones de la propia liturgia que celebramos, cumpliendo así «cantar la misa», y no el abundante «cantar en la misa». Para favorecer este criterio de que la liturgia debe ser cantada se ha incluido en esta nueva edición del Misal Romano un apéndice completo del Ordinario de la Misa para poder cantar la misa desde su inicio, así como una serie de rúbricas en el cuerpo del Misal que indican la página donde poder encontrar la parte cantada del texto.

Sobre el contenido propiamente dicho encontramos:

a) En el saludo inicial del presidente con tres fórmulas musicalizadas:

– El Señor esté con vosotros.

– La paz esté con vosotros (cuando es un obispo el que preside).

– La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros.

También se han incluido los saludos propios de los tiempos litúrgicos de Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua.

b) El «Amén» del saludo, de las oraciones, de la doxología, etc. que se ha popularizado en nuestras comunidades ya no es el amén gregoriano (sol-sol-la). Por ello se ha propuesto que los «Amén» que se incorporen al Ordinario sean los que el pueblo ya canta con solo dos notas: sol-la. Además, es una forma de homogeneizar el criterio, ya que unos libros litúrgicos actuales incluyen el modelo gregoriano y otros el modelo popular; o incluso en un mismo libro litúrgico podemos encontrar ambos.

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c) Se ha incluido la forma musicalizada de las tres fórmulas del acto penitencial.

En la primera fórmula se canta la introducción y la conclusión, pero el “Yo confieso”, por su propio carácter penitencial, se recita, nunca se canta, al igual que en el modelo del Missale Romanum.

– En la segunda fórmula se canta todo, incluso el diálogo entre el sacerdote y los fieles.

– En la tercera fórmula, donde se incluye el Señor, ten piedad dentro del Acto penitencial a continuación de los tropos, se propone una fórmula bilingüe para el canto del Señor, ten piedad; aunque no es preceptiva, puede cantarse con otra melodía, siempre y cuando se mantenga intacta la aclamación cristológica.

d) La fórmula melódica para las oraciones se mantiene igual que en ediciones anteriores.

e) En la liturgia de la Palabra se han incluido tres sencillos modelos melódicos para el canto de las lecturas (primera, segunda y Evangelio). Con estos modelos no se pretende sustituir los tradicionales «tonos gregorianos para el canto de las lecturas», sino que pretenden ser una ayuda para las comunidades que no dominen el canto gregoriano y, de forma sencilla, puedan cantar la liturgia de la Palabra para dar mayor solemnidad.

El criterio ha sido utilizar elementos melódicos de forma graduada a través de la cadencia mediante en la primera y segunda lectura e incorporando en el Evangelio una fórmula melódica para «palabras destacadas» de Cristo (la-do-si-sol-si-la), creando una progresión ornamental cuya melodía nos evoca al relato de la institución de la eucaristía; estableciendo así un paralelismo musical entre el culmen de la liturgia de la Palabra (Evangelio) y el de la liturgia eucarística (consagración).

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Lo mismo se ha hecho con la aclamación al Evangelio («Palabra del Señor») y su respuesta («Gloria a ti, Señor Jesús»); se propone una nueva aclamación en «imitación», de tal forma que los fieles podrán responder al diácono o al sacerdote que cante el Evangelio con facilidad. Para esta nueva aclamación se ha tomado la fórmula final de la respuesta a la aclamación «Este es el Misterio de la fe» (do-si-sol-la); así, la asamblea responde cantando con la misma fórmula melódica al Evangelio que al Mysterium fidei.

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Se ha elaborado también un apéndice musical para la liturgia de la Palabra en el que se pueden encontrar 20 fórmulas salmódicas para poder cantar los salmos responsoriales que se encuentran en el Leccionario. Se ha creído conveniente incluir las antífonas, aleluya o aclamaciones antes del Evangelio en la próxima edición del Libro del salmista o incluso en la separata del Calendario Litúrgico de la CEE. También se han incluido diez fórmulas para el canto del versículo antes del Evangelio.

f) Se han incluido ocho modelos para la respuesta cantada de la oración de los fieles.

g) En esta nueva edición del Misal se incluye la melodía para el canto de las plegarias eucarísticas I, II, III y IV desde la «epíclesis».

h) En la consagración se ha realizado la oportuna adaptación musical ante la modificación del texto: «que será derramada por vosotros y por muchos».

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Se han adaptado musicalmente las aclamaciones y respuestas de la consagración que han variado conforme a los nuevos criterios de traducción. Quedarían tres fórmulas:

– No existen cambios en la aclamación ni en la respuesta, solo varía el orden de la primera y segunda opción: Este es el misterio de la fe, o bien: Este es el Sacramento de nuestra fe.

– La nueva segunda es: Aclamemos el misterio de la fe, en lugar de “Aclamad el misterio de la redención”. La respuesta se conserva igual que en ediciones anteriores.

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– La nueva tercera cambia en su aclamación y en su respuesta: «Proclamemos el misterio de la fe». R/. «Sálvanos, Salvador del mundo, que nos has liberado por tu cruz y resurrección».

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i) Se ofrecen dos modelos para el canto del padrenuestro; el que ya se ha popularizado (A) y otro adaptado del Pater noster gregoriano (B). El embolismo sigue siendo igual que en ediciones anteriores.

j) En el rito de conclusión se ha añadido la forma musicalizada de la bendición sencilla, la bendición episcopal y dos modelos melódicos para las bendiciones solemnes (A y B). Uno más popular (A) y otro adaptado del gregoriano (B).

k) Se han añadido diferentes fórmulas de despedida (ad libitum), así como la despedida propia de la octava de Pascua con el doble aleluya.

l) Se han incluido en este apéndice también la aclamación de Viernes Santo: «Mirad el árbol de la cruz…». Con respecto a la Vigilia pascual se ha añadido la aclamación «Luz de Cristo» con dos posibilidades melódicas, una versión larga del Pregón pascual y otra breve, y el aleluya pascual tal y como aparece en el Missale Romanum.

m) Por último se incluyen musicalizados individualmente 103 de los prefacios existentes en el Misal.

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